Pie reumático: síntomas y tratamientos

Pie reumático: síntomas y tratamientos

El pie reumático es una patología molesta y crónica que, sin la atención necesaria, puede volverse muy limitante para la vida diaria. Llamamos pie reumático al conjunto de deformidades y daños que se presentan en pie, tobillo y articulaciones a consecuencia de una enfermedad inflamatoria crónica.

Algunas enfermedades de este tipo que pueden causar el pie reumático son: artritis reumatoide, artritis psoriásica y las espondiloartropatías. Estas enfermedades afectan a todas las partes del sistema locomotor: huesos, músculos, articulaciones, tendones, nervios, piel y vasos. Los efectos son muy notables en manos, pies y articulaciones. La naturaleza del pie reumático es crónica y progresiva, por lo que los tratamientos se centran en disminuir los síntomas para facilitar una vida normal. Las enfermedades reumáticas no sólo afectan a los pies, por lo que es importante acudir diariamente a varios expertos y controlar los síntomas. Nosotros nos vamos a centrar en el pie reumático, sus síntomas y algunos tratamientos.

Pie reumático: síntomas y tratamientos

Síntomas del pie reumático

Los efectos se irán dando poco a poco y de forma progresiva, generando distintos dolores y problemas de movilidad. Estos síntomas del pie reumático son:

Dolor general en el pie. Se dará con más agudeza por las mañanas, o después de pasar mucho rato de pie o caminando.

Inflamación. Se puede dar en varias partes del pie y suele provocar muchas dificultades a la hora de seleccionar unos zapatos cómodos. El uso de calzado para enfermedades reumáticas, que cuentan con plantillas extraíbles y cuyo ancho y alto tratan de reducir las rozaduras y molestias, se puede volver esencial para de aliviar este síntoma.

Deformación en las articulaciones, generando molestias y cambios en la movilidad. La deformación articular afecta a la pisada, teniendo como consecuencia el empeoramiento de los síntomas. Aquí entran en juego el tratamiento médico y el uso de calzado especializado que ayudan a mejorar la pisada.

Piel frágil y delgada, con mayor tendencia a las heridas.

Pérdida de la grasa planar (las almohadillas de las plantas de los pies), afectando a la amortiguación en la pisada.

El pie reumático puede notarse especialmente en los talones.

Osteoporosis, que facilita las fracturas por estrés de las estructuras óseas.

Debido a todos estos síntomas, el pie reumático también puede generar callosidades, uñas encarnadas y cambios en la coloración de la piel, sobre todo enrojecimiento o amoratamiento. Las causas, como ya hemos explicado, son enfermedades como la artritis psoriásica, la artritis reumatoide, y las espondiloartropatías. En el desarrollo de estas dolencias puede haber varios factores:

– Tendencia genética.

– Ciertas actividades físicas (sobretodo sin supervisión médica o profesional) o, por el contrario, el sedentarismo (la ausencia de actividad y ejercicio).

– La edad avanzada, ya que desafortunadamente con los años es normal que se provoque un desgaste en las articulaciones.

 

Tratamiento del pie reumático

Debido a la naturaleza crónica y progresiva del pie reumático, el tratamiento se centra en disminuir el dolor, las deformaciones y la inflamación. El objetivo es mantener la calidad de vida de quien sufre de pie reumático, tratando de controlar los síntomas.

Algunos de los profesionales médicos que pueden ocuparse de la dolencia son el fisioterapeuta y el podólogo. En concreto, el podólogo que someterá al paciente a algunas pruebas para determinar la mejor solución: el estudio de la pisada y el estudio biomecánico de la marcha. Gracias a estas pruebas, se podrán realizar unas plantillas ortopédicas y unas ortesis de silicona personalizadas, con el objetivo de compensar las cargas del pie y mantener una movilidad sana. También es posible que se lleguen a realizar algunas formas de tratamientos quirúrgicos si fuese necesario, así como la eliminación periódica de las callosidades.

Un elemento que puede facilitar mucho la vida de quien sufre pie reumático es el calzado. Un zapato adaptado y cómodo puede mejorar mucho su calidad de vida. Nuestros modelos Zephir y Franky están pensados con este objetivo. Su función es amortiguar la pisada y ayudar al talón a mantener una posición adecuada, disminuyendo los daños y creando comodidad al caminar. Los materiales con los que están confeccionados están testados por laboratorios externos y el forro es suave por lo que evita rozaduras y la aparición de heridas. Además, cuentan con plantilla extraíble, permitiendo el reemplazo por tus plantillas ortopédicas o ortesis de silicona.

SI necesitas ayuda para escoger calzado, poniéndote en contacto con nosotros, nuestro equipo de expertos puede analizar tu caso y aconsejarte sobre el modelo y talla adecuados para tu situación. No dejes que el pie reumático interrumpa tu vida, opta por calzado de calidad.



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